Este lugar era idílico, un plácido refugio para redescubrirnos mutuamente, supusimos, sin darnos cuenta de que si bien el golf o la pesca son los deportes al aire libre preferidos de los escoceses, el deporte bajo techo predilecto era el chismorreo. Y en un pais como Escocia con toda su lluvia, la gente pasa mucho tiempo dentro de casa.
-¿Adonde vas?-pregunté cuando él bajó los pies de la cama.
-No me gustaría desilusionar a la pobre señora-respondió. Se sentó en el borde de la cama y comenzó a rebotar suavemente para producir un agudo y ritmítico chirrido.La aspiradora del pasillo se detuvo de pronto. Después de saltar durante uno o dos minutos, él emitió un fuerte gemido y se dejó caer hacia atrás con un estruendo de resortes. Sin poder contenerme, me eché a reir bajo la almohada para no quebrar el azorado silencio del corredor.
Él enarcó las cejas
-Se supone que debes suspirar extasiad, no reirte-me reprendió a media voz-Va a pensar que no soy un buen amante
-Si quieres suspiros de extasis, tendrás que tardar más-respondí-Dos minutos no merecen más que una carcajada.
Volvimos a reirnos y volvimos al silencio callandonos con un beso
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