miércoles, 6 de febrero de 2013

Suspiros

En sociología hemos estado estudiando los diferentes tipos de movimientos colectivos y por que hace lo que hace la gente, interés colectivo, interés individual y dentro de estos tipos y tipos.
Es divertido observarlo todo desde dentro, es un gran experimento hecho con muros de cristal y una etiqueta de FRÁGIL, SE ROMPE.
Lo dijiste de broma y riéndote conmigo pero no te has dado cuenta de que es lo que hay, que lo hacéis todos, que la escondéis en un rincón y os tapáis los oídos cada vez que sale a relucir...
Dicen que los corazones salvajes no pueden ser domados. Debe de pasar lo mismo con los que tienen muy mala ostia.
Puto miedo... Incómodo y forzado. La teoría siempre ha sido una asignatura en la que sacar 10 sobre 10 es tarea fácil, la práctica es un complejo sistema educativo en el que hay que validar lo trabajado cada vez que cambias de centro.
Hay un recuerdo que te da fuerzas, verano 2010, 3:00 de la mañana, un ascensor y ocho pisos en dirección al paraíso. Es posible, es realizable, se puede ser feliz siempre y cuando no me cierre en banda pero se que no tengo ganas, que tengo miedo, que algo me impide ser natural, ser yo.
Demasiados ejemplos, demasiados casos. No lo sé, es una hipotesis. Estúpida, improbable, como TODO.
Últimamente el sistema aleatorio de mi IPod se ha enganchado en un estúpido rap de Blaze. Otra vez suena. Lo apago y encesto en la caja de los tacones que ahora estaba vacía. No se que es mejor, o el viento amenazando o una canción tantas veces escuchada que ha perdido su magia y me recuerda la vida real. Obviamente, el viento golpeando mi ventana. Abro la misma y salgo por la ventana hasta sentarme en la repisa, hace viento no cabe duda, me encanta la noche de Alicante, de mi casa, de mi ventana, es realmente oscura en comparación a la de las grandes ciudades en las que la paz no existe, las farolas impiden la tranquilidad. Mis padres ven la televisión en el salón y mi hermano está en la ducha, me da unos minutos de soledad, bajo al jardín y voy en busca de la perra, tras un rato sentada en la cabaña con ella, veo que se van a dar cuenta de que ya no estoy, así que me despido y vuelvo a entrar por la ventana. como sí nada, como si todo fuese bien, como si fuese un ser razonable.
La mente en blanco... Lleva toda la tarde así, ojalá le diera por razonar y sacar conclusiones pero aparentemente sólo le gustan las matemáticas y la economía .


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