lunes, 9 de septiembre de 2013

I'm a looser, baby


¿ cuantos obstáculos puede haber en un camino como mucho? Parece ser que el destino ha decidido probarlo el límite del intervalo con mi año escolar... ¿Cómo puedo haber pasado de una vida alucinante, feliz y familiar a... Esto, en tan sólo dos días? Para añadir puntos positivos, esta mañana he comprobado eso que dicen de que cuando sientes que estas a punto de morir ves todo a cámara lenta. Si, he visto perfectamente a ese enorme land Rover acelerar hacia mi puerta, despacio en el cruce, pero sin la sangre fría suficiente como para gritarle a mi padre que acelerase. La sacudida ha sido veloz y limpio, mi mochila ha volcado hacia delante proyectando se contra el asiento del copiloto, mi cabeza ha golpeado con fuerza la ventanilla y el grito de sorpresa de mis padres me ha pillado por sorpresa. Si, ha sido una tontería y seguimos vivos,y enteros, aunque el coche no ha salido tan bien parado, la chapa ha amortiguado el golpe, se ha rallado y se ha abollado. Pero de todas las novedades de hoy, esa ha sido la menos impactante... He llegado a un punto en el que prefiero estar en el colegio rodeada por personas ajenas a mi situación familiar con los que consigo olvidarme al completo  que estar en mi habitación donde llevo una hora y media con un estúpido ejercicio de derivadas sobre un vendedor de trufas con la mente fuera de aquí, ¿ para qué escribir? La farola se ha encendido, a los quince minutos ha parpadeado y se ha fundido dejando un cielo oscurecido y una calle poco iluminada, da demasiado para reflexionar

No hay comentarios:

Publicar un comentario