Momento 1 de cada mil: un cigarrillo del que aspirar con dulzura y ver subir el humo en formas abstractas al dejarlo ir acompañado de un san Francisco con ron. Pasearse con una sudadero vieja XXXL y agujereada, con el pelo recogido con una pinza en la nuca de aquella manera y esas gafas grandes que se resbalan por el tabique nasal, espatarrarse en el sofá con el Faro de Alejandría. Ver llover de madrugada protegida por el porche. Esos dibujos tontos que sólo surgen las noches de insomnio. Acostarse en la habitación de antaño de mi madre rodeada por sus libros y sus recuerdos, leer un libro fantasioso, hasta que la Diana a las 5 de la mañana da la gran señal y que te reciban esas personas tan importantes con un café con leche. Cenar chocolate con buñuelos en el salón una vez por año y ponerlo todo perdido. Bailar alguna canción.
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