domingo, 20 de octubre de 2013

Eco

Escena familiar típica un domingo por la tarde: mi hermano estudiando física del otro lado de la mesa del comedor, yo junto a el con los libros y cuaderns de filosofia abiertos de par en par, mi padre sentado en el sofá mirando algún periódico, cuando mi madre baja de con un abrigo 
-Celia, ¿que te parece?
-me gusta
-Era de tu abuela
Estamos a 20, todo paso el 7 y el 8, tengo que haberlo asumido, todo va bien, tengo los ojos secos. Me viene un olor particular de la casa de Alcoy, ya esta, veo muertos, lo que me faltaba, me estoy volviendo loca
-¿no huele a Alcoy?
Los ojos de mi hermano me vigilan de cerca y pasan de mi a mi padre como si intentara avisarle de lo que puede ocurrir. Todos tardan en responder.
-si, un poco, pero es normal mucha gente mayor...-mi padre rompe el silencio pero dejo de escucharlo
Y otra vez a empezar, notas los ojos húmedos
-¿te vas a poner a llorar otra vez, Celia? Ya te vale- mi hermano se exaspera
-cállate, al menos alguien en esta casa tiene un mínimo de sensibilidad- contraataca mi madre
Y ahora empiezo a llorar tranquilamente.

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