domingo, 27 de octubre de 2013

Escritor

¿Cuándo creas un personaje y avanzas en su historia, escribes sin titubear o te paras a pensar que hará a continuación teniendo en cuenta su carácter? ¿Es una persona distinta a ti o una continuación de la fantasía que te alimenta y te permite sobrevivir? Esto último lo convertiría en ti, y a ti, en dos personas de caracteres no siempre iguales que podrían oponerse en Una misma línea recta trazada por un destino nuestro. Pero el destino no lo es y  os mantiene cruzándoos entre los dos pero siempre paralelos, uno ajeno del otro y el otro convertido en el todo de una parte representada por el personaje.
Entonces ¿yo puedo dejar de ser yo a través de palabras? ¿Puedo separar algo material, palpable, a través de ideas y ausencia de acciones?

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