Fuiste demasiado rápido, sin frenos, derrapaste, te equivocaste y acabaste rota en el suelo, triste, sola y desolada.
Menuda manera forma de acabar tan magnífica carrera ...
Ahora, bien, parece diferente...
Las palabras fluyen sin freno desde hace tiempo y las confesiones son de lo más divertidas.
¿Quien eres para decir que somos diferentes o iguales?
Los obstáculos se suman y la diversión aumenta.
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