martes, 23 de abril de 2013

Ligar

La música esta tan alta que notas como tu cuerpo vibra, las luces de colores atraviesan la oscuridad en un constante vaivén como las olas del mar, vaqueros ajustados, camiseta provocativa y recogido informal, una copa que ha doblado de precio en dos horas de color rosa chillón con una pajita naranja cae al suelo por un empujón estúpidos, dos chicos se besan apasionadamente, mientras aquel amigo suyo desliza una mano por debajo de una camisa holgada.
Dos chicos rubios al fondo. Mirada cómplice con tu amiga y esperas a que ellos reciban tu señal, la señal de unos ojos que se mueren por un poco de diversión. Objetivo conseguido y las miradas se cruzan. Electricidad, química y mucha física. Sin dejar de mirar, te sueltas el pelo dejando un aire a leona despeinada, tan salvaje y aún más misteriosa. Te acercas a tu amiga por detrás y le agarras de la cintura acercando ambos cuerpos. Con una canción sin sentido, movéis las caderas insinuando os, provocando. La gente os mira y os encanta. Los chicos han entendido el mensaje y sin más dilación acuden a socorrer a las que han pasado de cazadoras a presas. Un trabajo en equipo.


Y esto, señores míos, es el apareamiento del animal más estúpido de todos, el hombre. Sabe disfrutar pero no tiene las ideas claras.

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