martes, 4 de febrero de 2014

Horror

¿Quien quiere volver a casa cuando lo único que llama a tu puerta es la Muerte?
¿Quien quiere ver esa puerta verde a la derecha cuando sabe que seguramente detrás haya un cadáver?
No hay nada más duro que mirarla, decirte que la semana pasada te tirabas encima jugando con ella y que hoy sólo puedes decirle que con suerte os queda una semana juntas...
Joder, no puedes parar de llorar.
Al ver su cara por la ventanilla del coche, se te ha parado el corazón en el sitio, ya no quería bombear ni sangre ni nada. Falsa alarma.
Hasta el se lo ha tomado en serio, llora más que cuando se murió la abuela, piensa que nadie le oye por ponerse la música fuerte pero esta equivocado... Además esta bastante irascible, se le tuercen los labios con facilidad.
Joderjoderjoder.
Escribo esto sabiendo que quizá la semana que viene tenga que escribir esto en pasado...
Ya no quiere ni verme, nos rehuye a todos los que le acercamos comida, sólo se acerca a ella.
Pero sigue teniendo esos ojillos tan humanos.
Joderjoderjoder.
La manera tan graciosa que tiene de mover el rabo.
Los mechones de pelo que parecen rastas sobre la frente.
Una zona de la espalda con el pelo pelirrojo que le hace tantas cosquillas que se sienta enseguida.
Los chupetones tan débiles que parece que le tiemble la lengua, como si no pudiese ni hacer ese esfuerzo.
La manera tan cómica que tiene de recolocar la toalla rosa y la de Blancanieves, que con la pata derecha las empuja hacia donde ella quiere para hacerse una bola, mientras da vueltas para ver como se tiene que situar.
Su forma de tumbarse como si fuese un gato durmiendo.
Cuando se queda dormida pegada al sofá completamente bocarriba.
Como se queja cuando le hacemos cosquillas y se para en seco, dobla su cuerpecito formando una C y saca la lengua mientras mueve sus patas al aire.

Yo no puedo seguir.

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