jueves, 21 de noviembre de 2013

Empieza

-podéis empezar.
Lo primero es un saque limpio. Empezamos nosotros, nos devuelven rápido la pelota y empieza el juego. El principio es poco halagüeño, no hay que mentir. Te esfuerzas. Te tiras al suelo cuando hace falta, animas a tu equipo cada vez que te quedas fuera, les indicas cuando están muy adelantados o cuando un tiro va fuera, todas tus recepciones van directas al colocador. Sabes que habéis perdidos varios puntos por tu culpa, no controlas bien el remate y va fuera a menudo pero aún así no dejas de acercarte a la red y eres la que mas oportunidades tienes. Jugamos bastante bien a pesar de la puntuación. El otro equipo ha entendido rápido la jugada. Tienen que fallar 2 puntos para regalarnos el set así habrá un tercero lo que nos permitirá subir puntos haciendo jugadas.
Por un fallo técnico, mal calculado, el moreno pasa una pelota al lado izquierdo, bombeado, alto, perfecto, sencillo, sólo hay que esperar y poner los brazos para recepcionar. Nada más, únicamente eso. Como era de esperar, ella da a la pelota de dedos y la envía fuera. Hemos perdido el set. Fin del juego. Te muerdes la lengua, no vas a decir nada, no eres la mala. Por un momento entiendes a  Nietzsche mejor que la vez que estudiaste su texto. No hay buenos o malos: hay fuertes y débiles. No eres de las más fuertes pero eres la que más finge serlo.

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