Te resulta curioso que te hayan llamado la atención con algo así, estas en tu mundo, observando y divagando. Te han repetido tres veces de una manera cortante y con un tono serio la misma frase. Te ha costado, pero después de tanta insistencia has ofrecido un mínimo de atención al contenido del reproche.
¿Así no? ¿Así cómo?
Dicen que la mirada es algo que comunica mucho pero la mía en esos instantes estaba en modo libre dejando leer mis sentimientos y pensamientos como si fuese un libro abierto.
No me respondía, sólo me miraba a los ojos buscando algo ¿pero el qué? Ni siquiera yo lo sabía y es obvio que al quitar su mirada de la mía con los ojos rasgados como de un enfado leve, lo había encontrado. He insistido.
¿Así cómo?
Le he zarandeado sin éxito el brazo para que me prestara atención y le he intentado hacer cosquillas, pero ahora era yo la que intentaba arrancar de entre las manos de la fantasía y de los pensamientos, una mente reflexiva.
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