viernes, 25 de octubre de 2013

Lagartija

Tumbarse y sentir la dulce y cálida caricia del sol en la cara interna de los brazos, en las piernas y en la cara. El verano hace tiempo que huyó pero su sombra permanece entre nosotros por una existencia sin razon de ser y fuera de los límites de la lógica, donde nada esta y todo es, donde todo vale, donde la moneda de cambio son los sentimientos.
Vaga errante sin ver más allá de un ancho horizonte donde el cielo es más azul y donde las sonrisas son alas extendidas al viento.
Unos párpados caen y unos recuerdos entran en escena. Ojo por ojo, diente por diente. 

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